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Exploremos la bondad

A lo largo de nuestras vidas, uno de los atributos o experiencias que agradecemos recurrentemente es la bondad. Leo Tolstoy, en las reflexiones al final de su vida, escribió:

“Nada puede hacer nuestra vida, o las vidas de otras personas, más hermosa que la bondad perpetua.”

La palabra bondad proviene del latín “bonitas”, que se conforma de “bonus” que significa bueno y el sufijo “-tat” que expresa cualidad. De su origen podemos inferir que la bondad es la cualidad de ser bueno, y por eso utilizamos el sustantivo para caracterizar a las personas o gestos apacibles, que promueven el bien, la amabilidad y ayuda de otros.

Volviendo a la reflexión de Tolstoy, ¿cómo logramos la bondad perpetua? Ser buenos puede traducirse en muchas acciones y cosas. Y cuando todo nos está saliendo bien y nos sentimos cómodos y felices con nuestras vidas, es fácil ser bondadosos. Sin embargo, nuestra bondad se convierte en un verdadero reflejo de nuestra esencia humana cuando somos capaces de ser bondadosos en medio de adversidades o experiencias más dolorosas.

Este es el principal punto que la poetisa Naomi Shihab Nye trae sobre la mesa en su poema “Bondad”.


Bondad

Naomi Shihab Nye

No sabrás lo que es la bondad

si no has perdido nada antes,

si no has sentido el futuro disolverse,

como sal en un caldo frágil.

Lo que tenías en tu mano,

lo que contaste y guardabas con recelo,

todo eso debe irse para que sepas

lo desolado que puede ser el paisaje entre

las regiones de la bondad.

Cómo, viajas y viajas,

pensando que el bus nunca se detendrá,

que los pasajeros que comen pollo y maíz

mirarán por la ventana para siempre.

Antes de comprender la tierna gravedad de la bondad

debes viajar allí donde el indio con el poncho blanco

yace muerto al costado de la ruta.

Debes pensar que pudo haber sido tú,

Como él también era alguien

que viajaba por la noche con planes

y el sencillo aliento que lo mantenía vivo.

Antes de conocer a la bondad como la cosa más profunda en tí,

debes saber que el dolor es la otra cosa más profunda.

Debes despertarte con tristeza.

Debes hablar con ella hasta que tu voz

se entreteja en la red de todas las tristezas

y veas el tamaño de la tela.

Entonces solo será la bondad lo que tenga sentido.

Solo la bondad que ata tus zapatos

y te envía al mundo a enviar cartas y comprar el pan,

Solo la bondad que levanta su cabeza

de la multitud del mundo para decir,

Soy yo la que has estado buscando.

Y luego va contigo a todos lados

como una sombra o un amigo.


Shihab Nye nos invita a explorar nuestras más profundas tristezas y adversidades y usarlas como fuente de nuestra propia bondad. “Bondad” es un poema que parecería desesperanzado por su atención a la tristeza y la sensación de pérdida, pero resulta ser todo lo contrario. Con su cierre, establece que la bondad siempre está presente, acompañándonos, y que se acerca mucho más a nosotros cuando reconocemos la inevitabilidad del sufrimiento y lo aceptamos para apreciar y generar más momentos de buena fe y felicidad.


La bondad es algo que podemos construir y practicar todos los días. A esto se refiere Shihab Noe cuando dice que nos acompaña como una sombra o un amigo, a nuestra decisión de aplicarla y priorizarla como un principio en nuestras vidas.


Todos tenemos la capacidad como seres humanos de ser bondadosos, pero debemos ser lo suficientemente abiertos y auto conscientes para apreciar y reconocer cómo la bondad nos ha formado como individuos a lo largo de nuestras vidas. Identificar esos momentos donde hemos recibido bondad de otros sin profundizar en las razones, o en los que hemos sido bondadosos sin procurar nada. Este es el primer paso para realmente entender la bondad como valor y virtud.

 
 
 

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